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Encuentro en la playa (Rol Seira y Mady)


Playa

Yukiro Ayshane 
Hacía ya tiempo que no se presentaba una mañana tan despejada. Aún había algunas nubes decorando el cielo, pero parecía que las lluvias habían acabado por aquella época. Seira decidió llevar un vestido blanco de volantes para ir más cómoda, lo cierto es que no se había traído ni traje de baño, pero sí un bolso de mimbre con algunos sandwiches, bebidas y algo para picar. Se posicionó enfrente de las olas y respiró hondo cerrando los ojos. Un escalofrío la mar de placentero recorrió su espalda. El mar le daba la vida. Mady no tardaría en aparecer, ya que parecía una chica bastante responsable.
Lolita Blue 
Mady llegó a la playa, justo al principio estaba Seira mirando al mar. Se la veía muy tranquila mirando el océano y no se percató de su presencia.
Estaba a pocos pasos de ella cuando vio que la jovencita llevaba una cesta que parecía de picnic, eso alegró a Mady pues traía algo de hambre, al medio día había discutido con su madre y se había encerrado en su cuarto sin comer nada.
Todavía se sorprendía de haber conocido a una chica tan atenta y educada. No tenía más de 14 años y esa jovencita parecía mucho más adulta que muchas de sus conocidas que eran más mayores que ella. Se preguntaba de donde habría salido la extraña chica pero no quería preguntarle por su pasado. Por experiencia propia sabía que preguntar demasiado podia ser doloroso. Además recordaba que había mencionado algo de un tutor legal, ¿donde estarían sus padres?

Yukiro Ayshane  
Seira se giró dispuesta a andar un poco por la orilla del mar; siempre con cuidado de no mojarse los pies, y cúan grande fue su sorpresa al ver a Mady enfrente suya: - ¡Mady, has venido, que alegría volver a verte! Te he echado de menos.- dijo dando algunos saltitos, ya que así controlaba las ganas que tenía de abrazarla y depositar un beso en sus sonrosadas mejillas. Le hizo mucha ilusión verla sonreír, aunque sólo fuera levemente. Le indicó con la mano que la siguiera: - Ven Mady, enfrente hay unas grutas ocultas en aquellos peñascos, dan a una zona donde rompen las olas bajo las rocas, poca gente la conoce. - dijo mirando con ilusión el pequeño túnel que se situaba en medio. - ¿ Pero si quieres comer antes, sólo tienes que decírmelo.- dijo sonriente mostrando su cesta de mimbre.

Lolita Blue
Justo en ese momento la barriga de Mady hizo un pequeño ruido. La chica se sonrojo mientras ponía la mano en ella.
- Upsss, lo siento. Creo que tengo más hambre de lo que pensaba. - Mencionó en voz baja mientras miraba a Seira algo sonrojada.
- Podemos sentarnos donde tú quieras. - Dijo mirando toda la playa.

Yukiro Ayshane 
Seira rió tapando sus labios con la mano tímidamente, se notaba que tenía hambre, así que le sonrió y se echó el pelo hacia un lado. Contempló bien el ligar buscando un sitio donde ambas estuvieran a gusto, para al final sentarse al lado del mar. Aquello la puso un poco en tensión, pero no quería hacer esperar a Mady: - Puedes comer cuanto quieras, yo no como mucho, y he preparado suficiente para dos personas.- dijo sacando un sandwich de la fiambrera y se lo cedía contenta a su nueva amiga.
Lolita Blue
Mady agarró el sándwich rápidamente y empezó a comerlo. Se fijó que Seira comía poco y de forma muy delicada. Una vez más la jovencita le parecía una caja de sorpresas.
- ¿Sabes? No eres como las demás chicas de tu edad. La verdad es que pareces de otra época. Actúas muy educadamente y eres muy considerada. Y no pienses que te lo digo como algo malo. No, no, no, creo que es una virtud. Normalmente la gente de tu edad suele ser más pasota. Están en la edad del pavo, ¿sabes?. Tu no, se te ve más madura. - Dijo Mady mientras se acababa el sándwich y ya estaba cogido el siguiente.

Yukiro Ayshane  
Seira mantuvo la boca ligeramente abierta por un momento, aquello la había pillado realmente por sorpresa, nunca nadie le había dicho nada por el estilo, ya que llevaba poco tiempo viviendo en su nuevo hogar. ¿Era bueno o era malo lo que Mady trataba de decirle? Aquello parecía costarle un poco de comprender, sin embargo, algo le decía que Mady no le deseaba ningún mal, por lo que sonrió ligeramente.- Gracias Mady, me ha costado adaptarme a este lugar, pero creo que gracias a gente como tú, todo es más sencillo. - la miró con cariño y sacó un par de bebidas para ambas, la verdad es que empezaba ha hacer un poco de calor. Volvió a mirar el mar. Parecía que su inocente mirada se perdía entre la espuma que las olas dejaban a ras de la orilla. - Creo que.... Puedo confiar en tí. - dijo algo más seria.

Lolita Blue 
Mady se dio cuenta de que Seira estaba un poco incómoda. Tal vez había sido muy directa al hablarle. A fin de cuentas no sabía nada de esa jovencita y parecía que tenía un pasado que no quería ,o no se atrevía, a revelar. Ella mejor que nadie sabía lo que costaba guardar los secretos de una vida. No quería que Seira se sintiese presionada a hablar de algo que no quisiese.
- Seira, todos tenemos secretos. No es algo malo, a veces es necesario para protegernos. - Dijo Mady mirando el mar y dedicándole una media sonrisa.
Quería que la chica se sintiese segura, algo le decía que Seira guardaba una vida demasiado complicada.

Yukiro Ayshane 
La niña sonrió algo preocupada. No quería incomodar a Mady, además, era de las pocas amigas que tenía, y seguramente, no dentro de mucho tiempo podría confiar en ella más de lo que ella misma pensaba. Parecía que ella también había pasado por una situación similar, o que realmente comprendía sus sentimientos. Le sonrió algo triste y juntó las manos: - Que pocos comprenden eso hoy en día. Pero me alegra haber dado con una persona de tan buen corazón como tú.- dijo dando un trago a su zumo.Ya estaban acabando con la comida, lo que hizo pensar a Seira, que a Mady le había gustado realmente. Lo cierto es que ambas estaban terminado, y pronto podrían ponerse en marcha. Tampoco tenían prisa, había que aprovechar aquella brisa qué venía de lo más profundo del mar.

Lolita Blue 
Mady terminó el zumo y se puso en pié.
- Mil gracias Seira. Estaba todo buenisimo. Dijo mientras se acomodaba la ropa.
Mady comenzó a andar por la orilla. El mar estaba calmado y el sol empezaba a bajar. Se puso la mano en la frente parando el sol en sus ojos mientras miraba hacia lo más profundo del mar.
- Pues cuando quieras nos ponemos en marcha. - Dijo mientras le guiñaba el ojo a Seira.
- Además, tengo el libro - Mencionó mientras señalaba su mochila tirada en la arena.

Yukiro Ayshane  
Seira sonrió al ver que su amiga estaba tan dispuesta y alegre, la verdad es que la hacía muy feliz ver aquella sonrisa decorando su rostro. Se levantó, guardó lo sobrante con cuidado y recogió la cesta mientras echaba una ojeada al mar. Se sorprendió al escuchar lo que le decía Mady, se había olvidado del libro, aquello hizo que se sonrojara.- ¡Es cierto, le libro! ¿Podemos leerlo en lo alto del peñasco, Mady? Desde arriba se verá todo mucho más bonito.- dijo riendo mientras se ponía en marcha.

Lolita Blue 
Mady miró la formación de piedras que se alzaba sobre la playa.
- Si, desde allí la vista será perfecta. Pongamonos en marcha pues. - dijo mientras cogía la mochila de la arena.
Las dos chicas se encaminaron a la cima del peñasco. La brisa de la tarde despeinaba sus cabellos. Por suerte el sol cada vez estaba más bajo y la temperatura en la playa era muy agradable.
Mientras caminaban Mady permanecía en silencio pensado en lo que había pasado el día anterior en la biblioteca. Cuando comenzó a llorar al recordar a su padre. Se le hizo un nudo en la garganta al recordar como se mostró de vulnerable delante de Seira. Intento sacar de su cabeza esos sentimientos.

Yukiro Ayshane  
Sin embargo, Seira notaba enseguida aquellos sentimientos de tristeza y desamparo, es algo que le pasaba con toda la gente de la que se rodeaba, lo cual solo la llevaba a ayudar a quien sufriera de aquellos horribles sentimientos. Estaban a punto de ascender por la estrecha escalera de piedra pulida que llegaba hasta lo alto del imponente peñasco, cuando la chica se paró, tomó con el dedo índice y pulgar las delicadas muñecas de Mady y las apartó de sus grandes y cristalinos ojos. - Mady por favor, no llores, no quiero que te desagrade la idea de pasar el día juntas.... Perdona si te he incomodado en algún momento...- dijo mirándola a los ojos con cierta preocupación. Enseguida se apartó un poco, ya que no podía perder de vista que el contacto físico no era su mejor aliado para consolar a una chica tan delicada como lo era Mady.- Puede que todo el recuerdo y cariño de tu padre, el que guardas en el fondo de tu corazón, aflore cuando menos te lo esperes.... pero recuerda que ahora debes vivir y disfrutar de las personas que te rodean, nosotros queremos que vuelvas a sonreír.- ambas se habían sentado en uno de los escalones, desde un lateral ya se podía apreciar que habían subido bastante, y la playa se empezaba a ver cada vez más pequeña.

Lolita Blue
Después de escuchar Mady las dulces palabras de Seira solo pudo limitarse a asentir tímidamente. Ni tan siquiera pudo mirarla a los ojos. Se seco algunas de las lágrimas con su mano y continuó subiendo hasta el final del peñasco.
Todo se veía muy pequeño así que tuvo que recomponerse un poco para seguir subiendo. Tenía miedo a las alturas desde su infancia. Evitó mirar abajo mientras subían y se concentro en mirar sus pies durante todo el camino.
Por fin llegaron arriba. El sol estaba ya bastante bajo y en breve empezaría el atardecer.
El mar estaba en calma y la brisa allí arriba se hacia más pronunciada.
Una vez allí se sentía mejor. Parecía que el peso que sentía dentro de ella se había aliviado con cada paso que dio hasta llegar a la cima.
Todavía no sabía muy bien que decir así que espero a que Seira hablase de nuevo.



Yukiro Ayshane 
La chiquilla parecía feliz. Tal vez el sol del atardecer le diera la energía y calma que perdía durante el día, como si los rayos de luz compensaran todo el trabajo del día entero. Sus ojos parecían reflejar aquellas tonalidades anaranjadas. Sonrió y juntando las manos tras la espalda, se inclinó hacia abajo. Las olas rompía contra las rocas impulsivamente. Desde lo algo del peñasco, una lágrima cayó hasta mezclarse con las turbulentas aguas marinas. Cogió aire y se giró sonriendo levemente a Mady. - ¿Quieres que empecemos a leer el libro? - le preguntó tímidamente. El viento mecía el cabello de ambas. Seira solo esperaba que Mady estuviera bien y sintiera la calma y paz de aquel lugar.
Lolita Blue
Mady notó que Seira estaba algo nostálgica, la joven seguía siendo un misterio para ella pero sentía que poco a poco se estaba abriendo con ella. Algo dentro de si misma le decía que Seira era una de las pocas personas en las que se podía confiar.
Le devolvió la sonrisa mientras abría la mochila. Cogió el libro con cuidado y se sentó en una de las piedras planas que había allí. Esperó hasta que Seira se sentó a su lado y comenzó a leer el primer relato.
Era un relato divertido donde contaba la vida de una pequeña sirena desde su infancia. Las ilustraciones eran muy bonitas y alegres así que intentaba leerlo como si se lo leyera a una niña pequeña, hasta ponía las diferentes voces de los personajes. Todo esto sin dejar de prestar atención a su joven acompañante.

Yukiro Ayshane 
Cada vez que Mady imitaba la voz de uno de los personajes y se metía en el papel, la niña sonreía y dejaba escapar una risa divertida e inocente mientras observaba a Mady leer. Le recordaba a su madre. Ella le leía contaba historias acerca de seres extraños que habitaban en la superficie, donde la tierra era fresca y las aves volaban solteando las nubes. Aquello sin duda, era mucho más fascinante de lo que le habían contado y descrito. Estaba muy agradecida de que Mady la hubiera acogido por un rato y le hubiera dedicado arte de su tiempo, pues Seira no tenía ninguna amiga tan especial como ella. No parecía de la clase de chicas que se ríen cuando no comprendía algo, sino todo lo contrario, todos los gestos que hacía la joven de cabellos violetas mientras la miraba con una leve sonrisa, hacían entender a Seira que había encontrado a una verdadera amiga, una muy especial. - Leer contigo es de lo mas bonito que he hecho en todo este tiempo, desde que llegué aquí. - dijo acariciando el dibujo de la sirena con las llemas de sus dedos.
Marilo Ibañez 
Mady se sentía feliz por lo que acababa de escuchar. El que Seira estuviese contenta la alegraba de verdad. Todo el rato había intentado leer el libro como se lo leía su padre a su hermana y a ella cuando eran pequeñas. Interpretando las voces y poniendo la máxima emoción al leer el relato.
- Mi padre nos leía el cuento así, era muy divertido. – Dijo mientras miraba dulcemente a Seira.
A diferencia de las otras veces que había pensado en su padre cuando estaba con Seira esta vez no sentía esa oscura tristeza que lo invadía todo. Ahora sentía una nostalgia dulce, como si el tiempo pasado con él fuese su mayor tesoro. En cierta manera pensaba que era afortunada por los recuerdos que atesorara de él.
- ¿Sabes Seira?, a mi padre le encantaba el mar. Y por eso nos leía este cuento a mi hermana y a mí. – Dijo mientras miraba el océano en calma.
- Ya hemos acabado la primera parte del cuento. Es la parte más infantil y divertida. Ahora viene la parte de las leyendas sobre las sirenas. Es una parte más oscura. Recuerdo que a Hana le daba miedo las ilustraciones, jajaja… - Dijo mientras pasaba la pagina y reía mirando la siguiente pagina.

Yukiro Ayshane  
Seira se alegró mucho de que Mady le confesara que a su padre también le fascinaba el mar, quizás tanto como a ella. Ojalá Mady hubiera heredado también esa pasión, facilitaros mucho el que la pequeña pudiera hacerse conocer más, pero aquel era un tema peliagudo, y ella era demasiado inmadura como para decidir por sí sola. Cuando Mady pasó la página, Seira tornó la expresión de su cara bastante seria e inmutable. Sus ojos se clavaron en las calaveras que se dibujaban en el libro, y paramecio en silencio hasta que Mady tomó la palabra. Se sentía petrificada.
Lolita Blue
Mady comenzó a leer las historias cortas que hablaban sobre sirenas malvadas. Seres que atrapaban a los hombres en alta mar para matarlos. Mientras leía se dio cuenta que Seira se encontraba cada vez más incomoda. No sabía exactamente que le pasaba pero pensó que podría ser miedo. Aunque le extrañaba que Seira rechazase de esa maneras esas historias paró el relato y se la quedó mirando unos segundos.
- ¿Te encuentras bien? – Dijo mirando a la jovencita a los ojos con verdadera preocupación.

Yukiro Ayshane 
Tardó bastante en reaccionar, pero finalmente dirigió la mirada a Mady con un poco de rigidez en su cuello y sonrió algo forzada. - No pasa nada, es solo que... Algunas de estas historias me dan un poco de.. miedo. - dijo mientras se rascaba la cabeza. ¿De verdad algunos de aquellos libros creían que las sirenas pudieran llegar a ser así? ¿Lo eran o lo serían? Aquello podría ser un buen debate que Seira prefiero apartar. Se arrastró un poco más al lado de su amiga y prestó más atención al libro. No quería perderse detalle, a pesar de que esto último la había impactado un poco.
Marilo Ibañez 
Mady siguió leyendo sin perder detalle de cada movimiento de su joven amiga. Había notado su incomodidad desde el primer momento pero acepto su argumento sin más. Las historias que leía, a pesar de su oscuridad, seguían siendo bellas. La idea de que existiesen unos seres tan hermosos, que podían hacer que los humanos diesen sus vidas por estar con ellos, sin apenas ser concientes de ello era fascinante. Aunque las sirenas y los tritones no fuesen más que una leyenda en la actualidad, había gente que seguía creyéndo en ellos.
- Mi abuelo creía en las sirenas. El era pescador y en ocasiones nos hablaba de las historias que contaban los marineros y pescadores en el puerto. Avistamientos de seres marinos con apariencia humana. – Rió dulcemente la joven.
- A mi hermana y a mi nos encantaba que nos contara esas historias. El fue quien inculcó en mi padre su amor por el mar. Y cuando falto mi abuelo, mi padre se esforzó por seguir inculcando ese amor en nosotras. – Dijo más seria mirando el mar.
La luz del día se estaba agotando. El sol ya prácticamente estaba ocultado en el horizonte y ya se podía ver la luna en el cielo.
- Hacia mucho que no venia a la playa, el mar me trae demasiados recuerdos… pero me alegro de haber vuelto. Gracias por venir conmigo Seira. – La joven acarició la mano de Seira dulcemente. Ese pequeño gesto significaba mucho para ella ya que no solía tener contacto físico con otros hasta que se sentía plenamente preparada para ello.
Yukiro Ayshane 
Aquella escena atraía mucha paz y tranquilidad, tanta que los rayos del sol ya empezaban a desaparecer para dar paso a la luz que traerían las estrellas en la oscuridad. La niña sonrió a su amiga y ladeó los cabeza algo avergonzada. Lo cierto es que lo que le había dicho Mady no era algo que soliera oír, más bien, nunca antes lo había escuchado. - Mady... ¿Qué pasaría si tu algún día vieras una sirena? - le preguntó cerrando la contraportada del libro que su buena amiga le acababa de leer. Tal vez fuera por el reflejo de la luz de los rayos del sol reflejados en el mar, pero la piel de Seira empezó a emitir pequeños brillos parecidos al de las estrellas. Depende de que contestara Mady, su rumbo podría tomar un giro bastante inesperado.
Lolita Blue 
Mady no podía apartar la mirada de Seira. Bajo la luz del final del día la joven emitía unos destellos especiales, casi hipnóticos. Repaso su rostro y su cabello, le caía de una forma preciosa sobre los hombros, el aire mecía sus ondas y Mady sintió por primera vez ganas de acariciarlo. Los dientes de la pequeña eran pequeños y blancos, muy parecidos a las perlas marinas. Por primera vez Mady sintió algo especial en su corazón. Un amor verdadero y puro por aquella joven a la que apenas conocía. No le dio tiempo a pensar mucho en esos sentimientos que se habían despertado en su interior cuando escucho la pregunta de la muchacha.
¿Sirenas?, algo dentro de Mady se movió. No conseguía pensar con claridad mientras miraba a Seira. Bajo la mirada y se concentro en sus manos, aun una de ellas estaba entrelazada a la de Seira. Tenia la cabeza embotada, como si hubiese bebido alcohol, como si una fuerza de atracción la manejara a ella sin su consentimiento. Y entonces pensó en las leyendas sobre las sirenas, sobre como podían hacer que las personas hiciesen lo que querían sin apenas esfuerzo. En su mente pasaron mil ideas disparatadas que no podía analizar. Y se dio cuenta que lo que sentía no era normal, que sus sentimientos eran muy fuertes, como las olas marinas que rompían en las rocas que estaban debajo de ellas.
Mady se levantó y se aproximó al borde del saliente. Era un pequeño acantilado donde los jóvenes del pueblo solían hacer saltos hasta el agua en verano. A pesar de que los adultos se lo prohibían a los chicos del pueblo, ellos seguían saltando durante todo el verano. Miró el mar una vez más, aunque estaba de espaldas a Seira notaba su mirada preocupada. Entonces se giró hacia ella y lo vió todo claro.
Las lagrimas cayeron por las mejillas de Mady mientas empezaba a sonreír mirando a la muchacha. Se acerco a Seira y la cogió por las dos manos sin apartar los ojos de sus ojos.
- Si algún día viese una sirena la protegería con mi vida.
Yukiro Ayshane 
Un gran peso en el corazón de la joven pareció esfumarse junto con el viento, ahora parecía poder respirar aliviada mientras sus labios dibujaban una sonrisa liviana en su sonrosado rostro. Entrelazó sus finos dedos contra con los de Mady, y la miró a los ojos queriendo perderse en aquellas dos lunas color violeta. - Gracias por estar conmigo Mady.- susurró apretando su mano con cuidado. El viento golpeó con fuerza su espalda, mientras Seira parecía escurrirse hacia el borde del pequeño acantilado. -...gracias por creen en mí.- finalizó antes de secar una de las lágrimas de la muchacha y dejarse caer desde lo alto de las rocas sin soltar la mano de su amiga. Ambas cayeron en un fugaz trayecto hacia la espuma marina, amortiguando la caída en un leve colchón de espumas. Lo extraño es, que Seira tardó bastante en aparecer en la superficie. La niebla parecía volverse más espesa y el sonido del agua cayendo impedía poder apreciar cualquier sonido alrededor.
Lolita Blue
Mady cayó al agua sin miedo, dejándose llevar por el momento. El impacto con el agua fue suave y en seguida lo único que podía ver era espuma y burbujas a su alrededor. Ya no estaba cogida de sus manos Seira, la verdad es que no la vió debajo del agua. Sacó la cabeza y tomó una bocanada de aire.
- ¡¿Seira?! – Dijo algo asustada al ver que no veía a la joven cerca de ella.
Los mechones de su corto pelo cubrían su cara así que se coloco el pelo hacia atrás.
Parecía que todo lo que había vivido antes de que caer había sido un sueño. Su mente empezaba a despejarse poco a poco. Y se dio cuanta que no sabia como había llegado allí. Entonces empezó a asustarse.
- ¡Seira! – gritó antes de introducir la cabeza en el agua de manera desesperada.
Empezó a nada hacia abajo buscando a su joven amiga.
¿Por qué habían caído desde el acantilado? Lo último que recordaba es que estaban leyendo el libro sentadas en las rocas. ¿Cómo podía ser eso posible?. En lugar de recuerdos en su mente había un vacío.
Siguió nadando hacia abajo, cada vez más profundo. Debajo del agua no veía bien, solo rocas. El oleaje empezaba a ser cada vez más fuerte. Pero no pensaba salir hasta encontrar a Seira.
De repente un destello la cegó y una corriente marina hizo que se golpeara con una de las rocas. Apenas le quedaba oxigeno e intento subir a la superficie pero el oleaje no se lo permitía. En ese momento comenzó a temer por su vida
Yukiro Ayshane 
Un extraño ser, que parecía deslizarse con soltura entre la penumbra que cubría las aguas, tomó a Mady de la cintura y la acercó hacia su cuerpo. Con sus delicadas manos, acarició el rostro de la joven, pálido al principio, violáceo conforme fueron pasando los minutos. la criatura empezó a agitarse alterada, un par de grandes aletas anaranjadas destellaban corrompiendo la oscuridad. Acercó la zona que parecía ser la cabeza hacia Mady, y la besó. El aire empezó a llenar sus pulmones poco a poco, insuflando algo de oxígeno a la joven. Sus cabellos ondeaban rodeando a Mady, aquel momento parecía no tener fin... hasta que el extraño ser comenzó a nadar hacia arriba hasta sacar a la chica a la superficie. No tenía buen aspecto. Esto pareció preocupar a la criatura. La arrastró hasta un pequeño tramo donde las rocas más grandes se agolpaban desordenadamente y dejó a Mady tumbada en la arena. No se despegó de ella hasta que la chica hubo abierto los ojos.
Lolita Blue 
Mady abrió los ojos y escupió una bocanada de agua. Después tosió un par de veces más mientras se incorporaba. Le dolía el pecho y la cabeza. Miró a su alrededor buscando a Seira. No sabía como había conseguido salir del agua ya que lo último que recordaba era que se estaba ahogando. Pero de repente le vino un recuerdo a la cabeza, el destello que vió debajo del agua. Un destello anaranjado y precioso. Mady no sabia que había pasado debajo del agua pero tenia claro que no había estado sola allí abajo.
Las lagrimas empezaron a correr por su rostro y un murmullo salió de sus labios.
- Seira
Yukiro Ayshane  
Un bañista que se situaba en la zona donde había llegado Mady, pudo ver al a chica levantarse con dificultad; y preocupado, aceleró su ritmo para llegar hasta la orilla. Al observar los movimientos tambaleantes de la joven, no pudo evitar preocuparse, y se acercó a ella ayudándola a levantar.- ¡Ey! ¿que ha pasado, te encuentras bien? - dijo observándola con preocupación. Seira había desaparecido sin dejar rastro.
Lolita Blue
Mady sacudió la cabeza, apenas escuchaba ya que le habia entrado agua en los oidos. No podia parar de llorar mientras miraba la espuma de mar. ¿Donde estaba Seira?, ¿Estaria bien?.
De repente vió a un chico al lado suya con expresión muy preocupada.
- ¡Ey! ¿Que ha pasado? ¿Te encuentras bien? - dijo el joven mientras la ayudaba a levantarse.
- ¡¿Has visto a una chica con el cabello anaranjado?!- Gritó Mady sosteniendose de los brazos del extraño. Todavia le temblaban las piernas y no paraba de zumbarle los oidos.
El joven la miró asustado. Acto seguido su mirada se dirijió al mar y lo observo detenidamente.
- No veo a nadie más. ¿La chica estaba contigo en el agua? - Preguntó apretando los brazos de la joven.
- ¡Si! Estaba conmigo... - Mady se calló de inmediato. Recordó el destello de debajo del agua, los brazos de la criatura, su boca dandole aire, ese sentimiento calido al estar con ella. Seira, solo podia ser ella.
El chico seguia mirandola cada vez más asustado, practicamente estaba a punto de soltarla y meterse en el mar a buscar a la otra joven. Pero el agua cada vez estaba más agitada, la marea habia subido mucho y ya apenas quedaba luz natural en la playa. Las farolas del paseo daban un poco de luz a la orilla y la luna empezaba a bañar la playa.
- No, ella esta bien. Perdona, estaba confundida. - Dijo Mady apoyandose en el regazo del joven.
- Voy a traerte una toalla y llamaremos a tu casa - Dijo el chico más tranquilo.
Mientras se alejaba Mady se sentó en la orilla. El mar acariciaba sus pies. No dejaba de mirar el agua esperando ver a Seira.
- Seira no dejare de buscarte - Susurro Mady mientras se acariciaba los labios recordando el calor que su extraña amiga habia dejado en ellos.
Yukiro Ayshane  
Aquella noche, la chica decidió resguardarse entre las rocas más lejanas a la playa, pero sin alejarse mucho de ella. - Lo siento, Mady...- dijo dedicando una triste mirada a la orilla nocturna. Las estrellas se esparcieron por todo el firmamento, como pequeñas gotas de agua formando una galaxia marina, tal vez, el deseo fuera más fuerte que su condición, y Seira volviera a buscar a Mady. A la mañana siguiente, la chica apareció en la orilla, desnuda y buscando su ropa entre las rocas. Menos mal que aún era demasiado temprano y no había bañistas cerca. Sus pensamientos siempre acababan desembocando en la misma persona. ¿Qué habría sido de Mady? Algo en su corazón empezaba a querer salir a empujones, y no sabía que era. - Ojalá pueda volver a verte, Mady...- dijo girando la cabeza hacia el amanecer mientras las escamas de sus piernas emitían un resplandor anaranjado.
4 de Junio de 2017

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